Agente causante: La fiebre catarral maligna es causada por un herpesvirus del cual existen dos tipos que causan esta enfermedad. Uno de ellos es el herpesvirus 1 alcelafánico del cual es portador el ñu africano. El otro es el herpesvirus 2 ovino que, a su vez, es portado por ovejas y cabras de todo el mundo. El virus no causa ninguna afección a las ovejas ni a las cabras pero al ser propagado al ganado vacuno puede producir enfermedades.
Signos clínicos: Cuando el ganado adquiere el virus, el periodo de incubación (lapso de tiempo desde la exposición hasta la aparición de los primeros signos clínicos) es de 3 a 10 semanas. El comienzo de los signos clínicos en el ganado es agudo (rápido). Dichos signos incluyen fiebre, aletargamiento, ganglios linfáticos dilatados, lagrimeo excesivo, secreción nasal, úlceras en la boca, inflamación de los ojos y de las paredes de los párpados, y diarrea. Otros signos que se podrían presentar son formación de costras en el hocico, salivación a causa de una severa úlcera oral y una opacidad en los ojos con pus en el globo ocular. Se podrían presentar úlceras en el ano y la vulva, en la unión entre la piel y las paredes de las pezuñas (banda coronaria), en la piel interdigital y en las ubres. Algunos animales muestran signos de afección en el sistema nervioso central, tales como excitabilidad, hipersensibilidad al estímulo, temblores musculares y convulsiones esporádicas. Otro signo del sistema nervioso central es la agresividad que se asemeja a la de la rabia. El curso de la enfermedad puede durar de 3 a 7 días.
Transmisión de la enfermedad: En las crías de ñu, la fiebre catarral maligna se puede difundir a través de las secreciones nasales y oculares, y del estiércol. Si el ganado entra en contacto con ovejas infectadas podría adquirir el virus. Se cree que el equipo que se utiliza para los partos también puede propagar el virus a otras vacas.
Diagnóstico: El diagnóstico de la fiebre catarral maligna se hace en base al historial de la exposición, a los signos clínicos y al análisis microscópico de tejidos (tras la muerte del animal). Los análisis microscópicos revelan una severa inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos y un deterioro de la superficie de la piel. Existen diversas pruebas de laboratorio especializadas que pueden dar un diagnóstico de la fiebre catarral maligna. Estas pruebas incluyen: la neutralización vírica, la inmunofluorescencia indirecta, la inmunoperoxidasa, la prueba ELISA convencional, la prueba ELISA de inhibición competitiva y la reacción en cadena de la polimerasa. Las enfermedades que tienen signos clínicos similares a los de la fiebre catarral maligna son: peste bovina, lengua azul, enfermedades vesiculares, fiebre bovina de la costa oriental, rinotraqueítis infecciosa bovina, diarrea viral bovina y enfermedad de las mucosas, fiebre del transporte, rabia y encefalitis transmitidas por garrapatas.
Tratamiento y prevención: La supervivencia tras la fiebre catarral maligna es poco frecuente. El tratamiento es más que nada de apoyo a base de fluidos intravenosos. También se pueden administrar antibióticos a fin de controlar infecciones bacteriales secundarias. Para prevenir la difusión de la fiebre catarral maligna, el ganado no debe tener contacto con animales africanos, en particular el ñu. También es importante evitar que las ovejas y las vacas pasten juntas o en campos adyacentes.