F120
Enfermedades clostridiales


pierna negra | edema maligno | enfermedad negra | cuello negro | enfermedad de la orina roja | enterotoxemia (enterotoxemia neonatal hemorrágica) | enterotoxemia (enfermedad por sobrealimentación y enfermedad del riñón pulposo) | tétanos | botulismo (envenenamiento por forraje)


Introducción: Las siguientes enfermedades suelen ser mortales y son causadas por bacterias que pueden vivir en el ambiente por muchos años. Los nombres comunes de las enfermedades clostridiales y de las bacterias que las causan son:

Nombre común Bacteria
Pierna negra Clostridium chauvoei
Edema maligno Clostridium septicum
Enfermedad negra Clostridium novyi
Cuello negro Clostridium sordellii
Enfermedad de la orina roja Clostridium haemolyticum
Enterotoxemia (enterotoxemia neonatal hemorrágica)   Clostridium perfringens tipo C 
Enterotoxemia (riñón pulposo, enfermedad por sobrealimentación)   Clostridium perfringens tipo D 
Tétanos Clostridium tetani
Botulismo (envenenamiento por forraje) Clostridium botulinu

 

Pierna negra

Agente causante: Esta enfermedad afecta más comúnmente al ganado que tiene menos de 2 años de edad. Es causada por una bacteria que emana del suelo denominada Clostridium chauvoei.

Signos clínicos: El signo más común es la muerte repentina. La enfermedad suele desarrollarse de una forma tan rápida que la muerte ocurre antes de que el ganadero se percate de que hay una enfermedad en la manada. Otros signos son cojera, letargo, fiebre e hinchazones que aparecen en varios músculos del cuerpo. Cuando la enfermedad ya está bastante avanzada, las hinchazones se propagan y se forman gases debajo de la piel, lo cual produce un crujido al tocarse.

Transmisión de la enfermedad: La enfermedad se propaga cuando la bacteria se ingiere. Tras lo cual, ésta penetra en el torrente sanguíneo y se esparce en los músculos y en los tejidos.

Diagnóstico: La necropsia revela las áreas de músculos muertos ennegrecidos (necróticos), las cuales tienen bolsas de burbujas de gas. Se deben enviar muestras de los tejidos musculares afectados a un laboratorio lo más pronto posible a fin de confirmar la enfermedad.

Tratamiento: Si se descubren casos que se encuentran en las primeras etapas, éstos podrían responder favorablemente al tratamiento con dosis grandes de penicilina u otros antibióticos.

Prevención: La enfermedad se puede prevenir con la vacuna contra la pierna negra.

 

Edema maligno

Agente causante: Esta enfermedad es causada por la bacteria Clostridium septicum. La misma afecta a animales de todas las edades pero es más común en los animales adultos. Es una enfermedad muy parecida a la pierna negra.

Signos clínicos: Entre algunos de los signos se encuentran el letargo, la pérdida de apetito y una hinchazón húmeda y pálida alrededor de las heridas, la cual podría extenderse hacia las partes inferiores del cuerpo como la panza o las extremidades inferiores. La enfermedad trae consigo fiebre alta y con frecuencia ocasiona la muerte dentro de un plazo de 24 a 48 horas.

Transmisión de la enfermedad: El organismo causante suele entrar al cuerpo a través de heridas punzantes contaminadas con tierra o heces que contienen la bacteria; incluso también puede entrar por las heridas vaginales o uterinas profundas que se presentan tras un parto complicado.

Diagnóstico: Por lo general, la necropsia muestra lesiones que tienen un aspecto húmedo y ennegrecido, con un olor fétido bajo la piel, y a veces se extienden hacia adentro del músculo. A diferencia de la pierna negra, la hinchazón en este caso tiene muy poco gas. Para hacer un diagnóstico final se requiere la confirmación de los análisis de laboratorio.

Tratamiento: En ocasiones, si la condición se detecta a tiempo, el tratamiento con dosis altas de penicilina da resultados favorables.

Prevención: Las vacunas normales y las de refuerzo con vacunas combinadas son la mejor prevención.

 

Enfermedad negra

Agente causante: Esta enfermedad es causada por la bacteria Clostridium novyi.

Signos clínicos: Los animales que tienen esta enfermedad por lo general no muestran síntomas de infección. La muerte repentina suele ser el primer indicio de que existe un problema.

Transmisión de la enfermedad: La ruta de la infección se desconoce; sin embargo, se cree que ingresa al cuerpo a través de las heridas infectadas o cuando se ingiere por la boca.

Diagnóstico: La necropsia muestra lesiones (con humedad y olor desagradable) que son similares a las del edema maligno. Para hacer un diagnóstico exacto se requiere la confirmación de los análisis de laboratorio de las muestras de tejidos.

Prevención: Las vacunas normales y las de refuerzo con vacunas combinadas son la mejor prevención.

 

Cuello negro

Agente causante: Esta enfermedad es causada por Clostridium sordellii y provoca la muerte repentina principalmente en el ganado que se alimenta en lotes.

Signos clínicos: Debido a la muerte repentina de los animales enfermos, por lo general no se observan signos clínicos.

Transmisión de la enfermedad: La forma en que se transmite es desconocida, no obstante, se cree que es mediante la ingestión del organismo causante.

Diagnóstico: Los hallazgos de necropsia son específicos y normalmente muestran hemorragias grandes y daños musculares en el área del pecho y en el cuello.

Tratamiento: Por el momento no existe ningún tratamiento.

Prevención: Las vacunas normales y las de refuerzo con vacunas combinadas son la mejor prevención.

 

Enfermedad de la orina roja

Agente causante: Clostridium haemolyticum es el causante de esta infección. De cierto modo, esta enfermedad tiene sus límites geográficos y se relaciona de forma primordial con las regiones pantanosas bajas.

Signos clínicos: Algunos de los síntomas de infección son letargo, anemia, diarrea ensangrentada, orina con manchas rojas, fiebre, colapsos y muerte en un lapso de 1 a 3 días. Se le llama orina roja debido a la orina rojiza que muestra el animal enfermo.

Transmisión de la enfermedad: El organismo ingresa por la boca cuando se ingiere tierra contaminada. La enfermedad suele relacionarse con trematodos del hígado que dañan a este último y que permiten que la bacteria prolifere.

Diagnóstico: En la necropsia el animal se ve sumamente pálido (anémico) y se encuentran orina con manchas rojas, sangre delgada y aguada y, por lo general, un área grande y oscura de tejidos muertos en el hígado. Para confirmar el diagnóstico se requiere la confirmación de los análisis de laboratorio.

Tratamiento: No tiene ningún caso comenzar el tratamiento a menos que se haga en las primeras etapas de la enfermedad con grandes dosis de penicilina.

Prevención: Las vacunas normales y las de refuerzo con vacunas combinadas son la mejor prevención. En las áreas de mayor incidencia podría ser necesario vacunar más a menudo.

 

Enterotoxemia (enterotoxemia neonatal hemorrágica)

Agente causante: Este tipo de enterotoxemia es causada por Clostridium perfringens tipo C. Este organismo se encuentra en los intestinos de humanos y de animales de todo el mundo. La enterotoxemia se presenta en animales de todas las edades (principalmente terneros de menos de 1 mes) cuando las heces que contienen la bacteria entran por la boca. Esto suele ocurrir cuando los recién nacidos tienen contacto con las manos y el equipo contaminados.

Signos clínicos: Los animales jóvenes se rehúsan a ser amamantados y muestran signos de letargo, dolor abdominal, convulsiones y diarrea. La diarrea podría ser amarilla, marrón y ensangrentada. Muchos animales jóvenes mueren antes de que se observen los síntomas.

Tratamiento: Una vez que se presentan los signos, el tratamiento resulta difícil; sin embargo, las inyecciones de antitoxina C. perfringens podría ser de beneficio. En algunos casos el uso de antibióticos orales también podría dar resultados favorables.

Prevención: La enfermedad se controla mejor si se aplican vacunas a las vacas preñadas durante el último tercio de la gestación.

 

Enterotoxemia (enfermedad por sobrealimentación y enfermedad del riñón pulposo)

Agente causante: Este tipo de enterotoxemia es causado por Clostridium perfringens tipo D y suele observarse en animales bien alimentados y jóvenes. Aunque también ocurre en los adultos. La enfermedad es más común en los corderos, pero también se presenta en los terneros.

Signos clínicos: El primer signo es la muerte súbita de un animal aparentemente sano. En algunos casos primero se observan la ansiedad, el movimiento en círculos, la falta de coordinación y la diarrea. Los animales adultos podrían mostrar los mismos síntomas y la muerte ocurre dentro de un plazo de 24 horas.

Transmisión de la enfermedad: Por lo general, C. perfringens reside en los tractos intestinales de casi todos los animales. Para que se produzca el crecimiento abrumador de este organismo, debe haber una abundancia de nutrientes en el intestino, en particular de carbohidratos como los de la leche y de los granos. También debe haber una baja en los movimientos del tracto intestinal causada por la ingestión de una enorme cantidad de alimento. Esto permite que C. perfringens crezca sobremanera, se acumule y se absorba en el intestino.

Diagnóstico: La necropsia muestra posibles lesiones en secciones del intestino delgado y en los riñones. A veces, al abrir el intestino, se encuentra un fluido teñido de sangre y espeso. Se podrían encontrar hemorragias en el corazón y en el timo. Se puede dar un diagnóstico definitivo en el laboratorio mediante el análisis de una muestra refrigerada de fluido intestinal tomada en condiciones estériles.

Tratamiento y prevención: El tratamiento resulta difícil tras el brote de la enfermedad, por lo que la mejor forma de control es la prevención. Ésta consiste en la vacunación de todas las hembras de reproducción dos veces en su primer año de edad, tras lo cual se debe aplicar una vacuna de refuerzo cada año de 3 a 6 semanas antes del parto. Los terneros deben recibir una vacuna al llegar a las 6 o a las 8 semanas y luego volver a vacunarse de 3 a 4 semanas más tarde. La reducción de la cantidad de grano (concentrado) en la dieta también podría ser útil.

 

Tétanos

Agente causante: El tétanos es causado por la bacteria Clostridium tetani, la cual se encuentra en el ambiente y en los intestinos humanos y animales. La bacteria entra al cuerpo por medio de algún tipo de herida abierta y los signos clínicos aparecen, por lo general, de 10 a 14 días después.

Signos clínicos: Al principio, el animal muestra señales de rigidez en la cabeza y en el cuello, e incapacidad para mover la parte posterior del cuerpo. Los músculos de la boca, de la cabeza y del cuello se ponen extremadamente rígidos (quijada trabada) y se contraen espasmódicamente. A medida que la enfermedad avanza, el animal tiene dificultades para girar, ir hacia atrás y comer. La muerte ocurre en aproximadamente un 80% de los animales no protegidos.

Transmisión de la enfermedad: Este organismo prolifera en áreas y en tejidos privados de oxígeno. Las heridas o las lesiones cortantes (castración o descornación) son las rutas más comunes de ingreso. Tras el ingreso de la bacteria en el cuerpo, ésta produce una toxina que interfiere de forma directa con el sistema nervioso.

Diagnóstico: El diagnóstico se basa normalmente en los signos que muestra el animal y en el historial de las heridas o lesiones anteriores.

Tratamiento: El tratamiento exitoso consiste en tres diferentes aspectos:

  1. Evite que la toxina se siga propagando en el animal.
    1. Administre 3,3 mLs de penicilina procaína G por cada 100 lbs de peso vía intramuscular, dos veces al día. Inyecte un poco del antibiótico alrededor del área de la herida.
    2. También es necesario administrar de 10.000 a 50.000 UI (unidades internacionales) de antitoxina tetánica vía intramuscular.
  2. Proporcione atención de apoyo.
    1. Debido a que el animal tiene poco o ningún control muscular, manténgalo en áreas donde sea fácil mantener el equilibrio.
    2. Proporcione fácil acceso a suficiente agua y comida.
    3. A fin de prevenir heridas, provea suficiente paja y materiales para reposar, puesto que el animal pasará mucho tiempo acostado.
  3. Establezca protección para el futuro.
    1. Aplique una vacuna toxoide tetánica y otra de refuerzo un mes después.

Prevención: La vacunación es la mejor forma de prevención del tétanos.

 

Botulismo (envenenamiento por forraje)

Agente causante: El botulismo es causado por la toxina de la bacteria Clostridium botulinum.

Signos clínicos: Los signos del botulismo consisten en parálisis muscular, debilidad y ataxia. También se muestra dificultad para masticar y para tragar. La quijada permanece abierta y la lengua está fuera de la boca. A veces la cabeza se voltea hacia atrás contra el flanco y la vaca podría acostarse y no levantarse. El botulismo podría ocasionar abotagamiento, estreñimiento y reducción en las contracciones del rumen. La muerte podría ocurrir dentro de un lapso de 24 horas a partir de los signos clínicos y suele ser a causa de un fallo respiratorio o cardíaco. Si el animal sobrevive podría experimentar debilidad, la cual dura varias semanas.

Transmisión de la enfermedad: Este organismo o toxina entra al cuerpo del animal ya sea por ingestión o a través de una herida. El alimento, la pastura, el ensilado y los cadáveres de animales contaminados son fuentes de infección.

Diagnóstico: El botulismo se puede diagnosticar si se encuentra la toxina en muestras de sangre, de alimento o de intestinos. A veces se pueden sacar cultivos del organismo provenientes del alimento. Por lo general, los hallazgos de necropsia no son de ayuda para diagnosticar el problema.

Tratamiento: El tratamiento consiste en la administración de fluidos y de apoyo alimenticio. Si la infección se detecta a tiempo o si se piensa que ha sido causada por la contaminación de una herida, administre antibióticos. También se encuentra disponible una antitoxina que podría ayudar a los animales que están en las etapas iniciales o medias de la enfermedad.

Prevención y control: Los casos de botulismo se pueden controlar si se llevan a la práctica buenos hábitos de manejo. Éstos incluyen el deshacerse con prontitud de los cadáveres y el no proporcionar alimentos y ensilado descompuestos.

 

Resumen: Las enfermedades clostridiales presentan problemas que son difíciles de diagnosticar, pero que a menudo se pueden controlar de forma eficaz mediante programas de vacunación apropiados. Los ganaderos deben trabajar hombro a hombro con un veterinario a fin de establecer programas de prevención de las enfermedades clostridiales comunes en la región. Los exámenes inmediatos de necropsia y la toma de muestras de tejidos para las pruebas de laboratorio correspondientes, son importantes para dar un diagnóstico exacto y para prevenir que haya más casos en el futuro.