A575
Nutrición - Fisiología, análisis del forraje 
y preservación de la calidad del forraje


nutrientes esenciales | determinación de la calidad del forraje | uso de un laboratorio serio y de un método de análisis exacto | interpretación del análisis del forraje | definición de términos | planificación y preservación de la calidad del forraje


Introducción: La nutrición es uno de los factores más importantes en la salud, la producción y la rentabilidad de las vacas lecheras lactantes. El programa de alimentación de una lechería determinada puede afectar positiva o negativamente todas las áreas de la salud de las vacas. Algunas de las áreas que se pueden ver afectadas por la alimentación son, entre otras: la mastitis, la reproducción, la matanza selectiva de animales, la cojera, las enfermedades postparto y la producción de leche. La producción de leche se determina por 3 factores: la genética, la administración y el ambiente, y los programas de alimentación. Con las continuas mejoras en la administración, la genética y la forma de alimentar a las vacas, la tendencia es hacia una cada vez mayor producción. La vaca que ostenta el récord mundial produjo recientemente 67,000 lbs. de leche en un año. La vaca moderna de hoy es como un superatleta, y, a menos que tenga una buena alimentación, no podrá alcanzar su máximo potencial y podría desarrollar serios problemas de salud a causa de la demanda de producción que se le exige.

La alimentación y los sistemas de entrega de alimento representan el mayor gasto de cualquier lechería. Además de proporcionar una alimentación balanceada a cada vaca, las raciones diarias también deben de tener sentido en el aspecto económico. Las raciones de las vacas se deben balancear en base a un bajo coste. Es decir que los alimentos y sus cantidades se deben seleccionar no sólo por su calidad nutritiva y densidad, sino que también se debe tener en cuenta su rentabilidad.

La importancia de la buena nutrición del ganado sugiere que es esencial que los productores de productos lácteos, los administradores, los vaqueros y los que manejan el ganado, tengan cierto entendimiento básico sobre la forma en que las vacas digieren el alimento, los factores que afectan el consumo de comida, cómo vigilar los programas de alimentación y cómo identificar problemas relacionados con la nutrición. Este conocimiento les ayudará a prevenir problemas de salud y a aplicar buenas estrategias de administración que aumentarán al máximo la producción y la rentabilidad.

Estómago de los rumiantes

Fisiología de los rumiantes: Las vacas lecheras forman parte de una clase del reino animal que se conoce como rumiantes. Los rumiantes tienen una fisiología excepcional, que tienen la peculiar capacidad de digerir carbohidratos complejos que la mayoría de los demás animales no pueden digerir. Tienen 4 compartimientos en su enorme estómago lo cual les permite ingerir forrajes de baja calidad y con alto contenido en fibra.

  1. De los 4 compartimientos, el más grande se llama rumen. El rumen tiene una capacidad de 30 a 50 galones de mezcla de fluidos y forraje. El rumen es esencialmente un enorme tanque de fermentación que alberga una gran cantidad de microbios. Estos organismos se adhieren a los alimentos ingeridos y los dividen para producir ácidos grasos volátiles, los cuales el animal utiliza para producir energía. El rumen está cubierto con proyecciones en forma de dedo denominadas papilas, las cuales absorben los ácidos.
  2. El retículo es el segundo compartimiento del estómago de la vaca. Básicamente consiste de una pequeña bolsa en la parte baja del abdomen y adelante del rumen. Las paredes de este compartimiento tienen la apariencia de un panal de abejas. A este compartimiento suele llamársele "la ferretería", debido a que todos los cuerpos extraños como clavos, pedazos de alambre y otros, van a parar allí. Es justo allí donde se quedan los imanes que se colocan en las vacas. Los imanes se colocan con el fin de prevenir que los objetos metálicos perforen las paredes estomacales y causen la "enfermedad de la ferretería".
  3. El omaso es el tercer compartimiento del estómago de los rumiantes el cual es una estructura firme y redondeada. Está cubierto por muchas capas delgadas u "hojas" de tejido. Esta parte del estómago absorbe agua y algunos nutrientes.
  4. El abomaso es el cuarto y último compartimiento. Debido a que éste tiene glándulas que secretan ácidos como el estómago humano, a veces es conocido como el "verdadero estómago". Este compartimiento suele retorcerse o desplazarse hacia el lado izquierdo del cuerpo de la vaca (abomaso desplazado a la izquierda o LDA) o hacia el derecho (abomaso desplazado a la derecha o RDA).

Además de la fermentación, de la producción de ácidos grasos y del paso del alimento ingerido a través de los 4 compartimientos del estómago, los rumiantes pasan por un proceso digestivo especial denominado "rumia". Las fuertes contracciones del rumen sirven para mezclar su contenido y para hacer que los fluidos y las bacterias entren en contacto con las partículas de alimento recién ingerido. Estas contracciones se efectúan por lo menos de 1 a 2 veces por minuto. Las contracciones también ayudan a llevar las partículas más grandes de alimento a la superficie. Las partículas más grandes y las fibras estimulan o "rascan" el área alrededor del esófago. Esto estimula la "rumia" o la "masticación". El ciclo de rumia se compone de 4 pasos.

  1. Regurgitación: Cuando los materiales toscos estimulan el área del esófago, una pequeña cantidad de ellos se regurgita hacia la boca mediante un movimiento inverso del esófago.
  2. Remasticación: Los materiales toscos que suben del rumen se vuelven a masticar y se dividen en pedazos más pequeños. Una vaca normal y saludable pasa de 8 a 10 horas al día masticando su alimento.
  3. Resalivación: Esta parte del ciclo de rumia es muy importante para las vacas lecheras de producción alta. Cuando se proporcionan niveles más altos de concentrados o granos, éstos se fermentan más rápido y se dividen en ácidos grasos volátiles. De no contar con ciertas defensas, los ácidos reducirían el pH del rumen a un nivel tal que podrían inhibirse y hasta matarse las bacterias fermentativas. Una vaca puede producir de 20 a 30 galones de saliva en un día. La saliva contiene defensas que estabilizan el pH del rumen. La presencia de fibra eficaz es crucial para estimular la rumia, lo cual producirá que estas defensas tenga efecto.
  4. Reingestión: El alimento se vuelve a tragar y si se ha masticado por un tiempo debido pasará posteriormente por el retículo, el omaso y el abomaso.

La flora o población de microbios del rumen constituye una parte sensible y dinámica de todo el proceso digestivo de la vaca. En muchos sentidos, el alimentar a una vaca es, en realidad, una cuestión de suministro de bacterias a su estómago. Son los microbios los que a fin de cuentas dividen la fibra y los complejos carbohidratos en ácidos grasos volátiles, los cuales la vaca puede entonces absorber y utilizar en forma de energía. Tras la fermentación y la digestión en el rumen, las bacterias pasan junto con el alimento a los otros compartimientos del estómago y al intestino delgado. Tras lo cual, las bacterias son digeridas y divididas, y pueden proporcionar del 50 al 70% de los requerimientos de proteína de la vaca. Cualquier factor que mejore el crecimiento bacterial y la fermentación en el rumen de la vaca, también aumentará la energía de la vaca, el consumo de proteína de las bacterias y la manera en que se digieren los carbohidratos complejos. Por el contrario, cualquier cosa que inhiba el crecimiento de los microbios en el rumen de la vaca dará como resultado que haya una reducción de energía y proteína adquiridas de las bacterias. La población de microbios en el rumen de la vaca es muy sensible al pH, al estrés, a los cambios repentinos en la alimentación y a los cambios en el horario de consumo de alimento. Los cambios significativos en la alimentación deben efectuarse por pasos, y se debe dar un plazo de 2 semanas para que las bacterias se adapten al nuevo alimento o a los cambios en las raciones. Se debe hacer todo lo que esté al alcance a fin de mantener la estabilidad del consumo de alimento, los niveles apropiados de fibra (para estimular la remasticación) y la vigilancia de las proporciones de forraje y granos, a fin de prevenir la acidosis.

Nutrientes esenciales: En lo que respecta a las vacas lecheras, se requieren 6 nutrientes a fin de mantener la salud y el balance en la dieta. Estos nutrientes se deben suministrar en los niveles adecuados y en las proporciones idóneas, a fin de apoyar la producción de leche y la salud.

  1. Agua: El agua suele denominarse como el nutriente más importante. El cuerpo de una res adulta está constituido de un 56 hasta un 81% de agua. La leche contiene de un 85 a un 88% de agua. Cualquier situación que afecte de forma adversa el consumo de agua, afectará también la producción de leche con mayor rapidez y severidad que cualquier otro nutriente. Las vacas lactantes requieren de hasta 55 galones diarios de agua limpia y fresca, y de una mayor cantidad de ésta en épocas de más calor y humedad.
  2. Carbohidratos: Los carbohidratos proporcionan la energía necesaria para el crecimiento y la multiplicación de las bacterias y de los protozoos del rumen; al igual que para la fermentación y la digestión del alimento en el rumen. Los carbohidratos también representan la principal fuente de energía que satisfacen los requerimientos de mantenimiento, reproducción y lactancia de la vaca.
  3. Proteína: La proteína es el principal componente estructural de los órganos y los tejidos suaves del cuerpo. Es necesario un constante suministro de proteína para el mantenimiento, el crecimiento y la reparación de tales tejidos a lo largo de la vida. La lactancia requiere de más proteína en la vaca lechera que ninguna otra función corporal.
  4. Grasa: De todos los nutrientes, la grasa es la más densa en calorías. En un animal de alta producción, resulta muy difícil ingerir suficiente alimento a fin de satisfacer las necesidades de energía para el mantenimiento y la producción de leche. La adición de grasa es una buena manera de incrementar la densidad de energía de las raciones. Existen muchas fuentes diferentes de grasa, al igual que límites en la cantidad que se pueden proporcionar en el alimento. Si se dan en exceso, las grasas pueden tener un efecto adverso en el proceso de fermentación del rumen.
  5. Fibra: Si bien la fibra se puede considerar un carbohidrato complejo, también cumple con otra importante función en el rumen de la vaca. Es necesario incluir fibra eficaz (con suficiente longitud) en la dieta del ganado a fin de estimular la rumia.
  6. Vitaminas y minerales: Las vitaminas son componentes de la dieta necesarios para que se realicen ciertas funciones metabólicas y fisiológicas. Existen dos tipos de vitaminas: las solubles en grasa y las solubles en agua. El ganado puede sintetizar las vitaminas solubles en agua en su tracto digestivo; mientras que las solubles en grasa tienen que darse como complemento, particularmente si el forraje ha estado almacenado por algún tiempo. Los minerales son elementos o compuestos que se encuentran en la tierra y en el alimento. Por lo general, se dividen en macrominerales y microminerales. Los minerales se han estudiado ampliamente por muchos años y los requerimientos mínimos diarios han sido bien establecidos. No obstante, las diferentes formas de compuestos minerales pueden ser absorbidas con más rapidez que otras. Esto debe tomarse en consideración al determinar la cantidad de alimento en cada ración.

Balance de la nutrición de vacas lecheras de alta producción

  1. Determinación de la calidad del forraje:
  1. Comience con un análisis del forraje: La dieta de las vacas lecheras consiste en su mayoría de forraje. Las vacas obtienen la mayor parte de los nutrientes esenciales de estos alimentos. A fin de balancear adecuadamente los requerimientos de las vacas de alta producción, se debe efectuar un análisis del forraje que sea detallado y de alta calidad.
  1. Obtención de una muestra representativa: Las muestras de forraje que se toman de un sólo lugar pueden no ser representativas y estar sujeta a errores. Tome muestras al azar de 20 pacas de entre 8 y 10 diferentes puntos a fin de eliminar la posibilidad de errores en el muestreo. Tome muestras separadas de cada "lote" de alimento. Un lote se define como el forraje proveniente de un corte, una variedad, una etapa de madurez o un campo determinados. El forraje que haya sido dañado por la lluvia, que tenga exceso de hierba o pastura, y que ha sido manipulado de manera peculiar (recogido con rastrillo o de cosecha retrasada) también se considera de un lote diferente. Se debe tomar una muestra de cada lote de forma individual. La muestra debe colocarse en una bolsa de plástico y sellarse a fin de retener el nivel de humedad. También debe mantenerse fresca, si es posible, durante el transporte al laboratorio.
  2. Muestreo de heno seco: Tome muestras de la parte posterior de las pacas cuadradas con una sonda de 12 a 18 pulgadas (30 a 45 cm) de longitud que por lo menos tenga un diámetro de 3/8 de pulgada (1 cm). Sondee la paca en ángulos rectos en relación a la paca, es decir que no se debe hacer de forma inclinada, hacia abajo ni hacia un lado. En las pacas redondeadas las muestras se deben tomar de los lados redondos y no de los lados planos. Todos los instrumentos de muestreo deben tener una punta cortante filosa. Al tomar muestras de heno seco, evite todo lo siguiente: mezclar a mano las muestras, dividirlas antes de enviarlas al laboratorio y obtenerlas mediante la toma de hojuelas o copos de una paca.
  3. Muestreo de ensilado en fosos o en silos de depósito: Para tomar muestras de estos lugares, obtenga de 10 a 12 puñados de ensilado de diferentes áreas a lo largo del frente del foso. Evite tomar muestras de la parte de arriba y de los costados donde pudiese haber deterioro. Es mejor tomar las muestras después de haber quitado el ensilado de toda la parte de adelante. Pueden efectuarse cambios considerables en el ensilado que ha estado expuesto al aire por más de 24 horas. Se deben tomar muestras mensuales si las fosas y los depósitos son grandes o si el ensilado se ha traído de diferentes lotes o campos.
  4. Muestreo de ensilado en bolsas: Para examinar el ensilado en bolsas, tome de 8 a 10 muestras provenientes de agujeros hechos a lo largo de la bolsa. Tome muestras del lado que haya estado menos expuesto al calor del sol y sáquelas desde muy adentro de la bolsa. El forraje que está cerca de la superficie de la bolsa puede haber sufrido modificaciones a causa de los cambios de temperatura a los que se ha expuesto. Vuelva a sellar los agujeros con cinta adhesiva que sea adecuada para bolsas de ensilado.
  5. Muestreo de silos verticales: Se deben tomar dos o tres muestras de cada alimento durante 3 ó 4 suministros de alimentos. Estas muestras deben mezclarse y debe llevarse una muestra representativa de la mezcla para que se analice en el laboratorio. Si hay más de un lote en el silo, las muestras se deben llevar con regularidad (por lo general mensualmente), a fin de detectar cambios que pudiesen ocurrir a medida que se llega a los nuevos lotes.
  1. Uso de un laboratorio serio y de un método de análisis exacto: No todos los laboratorios y métodos utilizados para analizar forraje son iguales. A fin de lograr un balance óptimo de nutrientes y elevar al máximo el rendimiento de los animales de alta productividad, el análisis exacto del forraje resulta esencial.
  1. Elección de un laboratorio de análisis: En Estados Unidos, se ha elaborado un programa voluntario de certificación, el cual es administrado por la Asociación Nacional Estadounidense para el Análisis del Forraje, con el fin de ayudar a mejorar y mantener el desempeño de los laboratorios. Los laboratorios certificados han demostrado que sus procedimientos de análisis obtienen resultados dentro de los niveles aceptables de variación. Esto no significa que un laboratorio no certificado no cuente con la capacidad de analizar forrajes correctamente. Sin embargo, el saber cuáles laboratorios por lo menos cumplen con los requisitos de la Asociación Nacional Estadounidense para el Análisis del Forraje, es una buena referencia para los productores y los nutricionistas. Para obtener una lista de los laboratorios certificados diríjase a:

    National Forage Testing Association
    P.O. Box 371115
    Omaha, NE 68137
    (402) 333-7485

  2. Análisis químico húmedo: El análisis químico húmedo es el método tradicional de laboratorio que se utiliza más comúnmente y que se basa en firmes principios químicos y bioquímicos. Este método es antiguo, lento y por lo general costoso. También sirve para marcar el estándar con el cual se comparan otros métodos y normalmente es más exacto.
  3. Análisis de espectroscopio de reflexión casi infrarroja (NIRS): El análisis de espectroscopio de reflexión casi infrarroja (NIRS, por sus siglas en inglés) es un método por el cual se secas y se muelen las muestras, y después se las expone a una luz casi infrarroja. La luz que refleja la muestra se detecta y se analiza con PC. Se detecta la cantidad de nutrientes debido a que el PC compara los patrones de la luz reflejada con las muestras previamente analizadas, las cuales tenían valores determinados por el análisis químico húmedo. Este nuevo método es más rápido y más barato, no obstante, su exactitud depende de una buena calibración. La calibración se efectúa a partir de la comparación de una debida cantidad de muestras de composición semejante a la de la muestra que se va a analizar. Sin una buena calibración, el análisis NIRS podría presentar errores serios. El análisis NIRS suele tener la tendencia a subestimar los niveles de fibra, particularmente las fibras detergentes neutras. Debido a que estas fibras se utilizan en el cálculo del valor relativo del alimento o del forraje, este valor suele sobreestimarse en los cálculos del análisis NIRS.
  1. Interpretación del análisis del forraje: A continuación se describe una muestra de un análisis detallado de forraje y se incluye una tabla de interpretación:

Tabla 1: Resultados del análisis
(MS = Materia seca; PB = Proteína bruta; Mcal/lb = Megacalorías por libra; PPM = Partes por millón)

Leguminosa (tercer corte de ensilado de heno)   

Según la muestra

Materia seca

Unidades

Humedad

73,1   

-   

%

Materia seca

26,9   

-   

%

Proteína bruta

7,0   

26,2   

% MS

Proteína disponible

6,6   

24,7   

% MS

Proteína no disponible

0,4   

1,5   

% MS

Proteína bruta detergente neutra

0,6   

2,3   

% MS

Proteína ajustada

7,0   

26,2   

% MS

Proteína soluble

4,6   

17,1   

% MS

   

   

65,1   

% PB

Proteína degradable (calculada)

5,8   

21,6   

% MS

   

   

82,6   

% PB

Amoníaco

1,2   

4,3   

% MS

   

   

16,5   

% PB

Total de nutrientes digeribles (TND)

16,7   

62,1   

% MS

Energía neta de lactancia (ENL)

0,17   

0,64   

Mcal/lb

Energía neta de mantenimiento (ENM)   

0,17   

0,63   

Mcal/lb

Energía neta de aumento de peso (ENA)   

0,10   

0,36   

Mcal/lb

Fibra detergente ácida (FDA)

8,5   

31,6   

% MS

Fibra detergente neutra (FDN)

10,4   

38,5   

% MS

Grasa bruta

1,1   

4,1   

% MS

Lignina

1,6   

6,0   

% MS

Proporción de lignina y FDN  

   

15,6

Ceniza

3,1   

11,6   

% MS

CNF (carbohidratos no fibrosos)

5,9   

21,8   

% MS

       

Calcio

0,52   

1,92   

% MS

Fósforo

0,09   

0,35   

% MS

Magnesio

0,12   

0,44   

% MS

Potasio

0,97   

3,62   

% MS

Azufre

0,11   

0,43   

% MS

Sodio

0,0024   

0,091   

% MS

Hierro

41   

153   

PPM

Manganeso

10   

37   

PPM

Cinc   

11   

41   

PPM

Cobre

3   

11   

PPM

Ión de cloruro

0,24   

0,91   

% MS

       
Valor relativo del alimento 155    

Tabla 2: Valores de la muestra

Artículo de la muestra

Alfalfa 
buena   

Alfalfa 
suficiente   

Alfalfa 
pobre   

Ensilado de maíz 
bueno   

Ensilado de maíz 
suficiente   

Ensilado de maíz 
tropical

Materia seca

90   

90   

90   

35   

35   

28

Proteína bruta (%MS)   

20,0   

18,0   

17,0   

8,1   

8,4   

9,1

Grasa bruta (%MS)   

3,8   

3,0   

2,6   

3,1   

3,0   

3,1

FDN (%MS)   

40,0   

42,0   

46,0   

51,0   

53,0   

58,0

FDA (%MS)   

29,0   

31,0   

35,0   

28,0   

30,0   

33,5

TND (%MS)   

63,0   

60,0   

58,0   

70,0   

62,0   

64,0

ENL (Mcal/lb MS)   

0,64   

0,61   

0,59   

0,73   

0,64   

0,67

Calcio (%MS)   

1,54   

1,41   

1,41   

0,23   

0,34   

0,24

Fósforo (%MS)   

0,29   

0,22   

0,24   

0,22   

0,19   

0,23

Definición de términos:

  1. Análisis de fermentación del alimento fermentado: El análisis de fermentación se está convirtiendo en una herramienta popular para determinar la calidad y la palatabilidad de los forrajes ensilados. Un análisis de fermentación de calidad puede medir y calcular los siguientes niveles que resultan del proceso de fermentación: pH, acidez total, perfil de ácidos grasos volátiles (AGV), total de AGV y amoníaco. Estos niveles pueden dar una idea de cómo se produjo la fermentación, qué tan bien se preserva el ensilado y cómo se puede ver afectada la palatibilidad con el proceso de fermentación.

Tabla 3: Análisis de fermentación de muestra

Análisis cualitativo del forraje

Leguminosa (tercer corte de ensilado de heno)   

Valor

Unidad

Rango

Materia seca

26,9   

% MS

36,5 – 45,2

pH   

5,38   

   

4,84 – 5,38

Acidez valorable

2,67   

meq/gm   

3,97 – 7,08

Ácido láctico

3,30   

% MS

3,60 – 6,70

Ácido acético

8,92   

% MS

2,40 – 4,02

Ácido propiónico

1,40   

% MS

0,31 – 0,73

Ácido isobutírico

<0,01   

% MS

0,15 – 0,35

Ácido butírico

<0,01   

% MS

0,85 – 2,25

Total de AGV

13,62   

% MS

Ácido láctico / AGV   

24,23   

% MS

Amoníaco

4,3   

% MS

2,2 - 4,4

   

16,5   

% PB

   

25,4   

% PS (proteína soluble)

Tabla 4: Metas o pautas de fermentación

Forraje

pH   

Ácido 
láctico   

Ácido 
acético   

Ácido 
propiónico   

Ácido 
butírico   

Amoníaco

Ácido láctico/
total de AGV

Ensilado de maíz

3,6-4,2   

6-8   

<2   

0-1   

<0.1   

<10 % PB   

70 %

Ensilado de heno

3,8-5,0   

3-4   

<2   

0-1   

<0.1   

<10 % PB   

70 %

Maíz de alta humedad

4,5-5,5   

1-3   

<1   

0-1   

<0.1   

<10 % PB   

70 %

 

  1. Digestibilidad de la fibra: Constituye una nueva herramienta para la evaluación de forrajes. Tradicionalmente, la digestibilidad de la fibra se estimaba a partir de las fibras detergentes ácidas (FDA). La fracción de FDA del forraje contiene lignina. En esencia, la lignina es la porción de la fibra del forraje que no está disponible para la digestión de la vaca. Por lo tanto, a medida que la lignina y la fracción de FDA aumentan, disminuye la digestibilidad total del alimento. Los investigadores y los nutricionistas notaron que habían variantes considerables en el contenido de fibra del forraje en la región noreste de Estados Unidos. Tras un examen más a fondo, se encontró que además de las variantes en el contenido de fibra, también se encontraron variantes en la digestibilidad de ésta. Estas últimas variantes se asociaron con ciertos factores que tienen que ver con las plantas y el medio ambiente, entre ellos los híbridos (variedades), la madurez, la temperatura, la humedad y la fertilización. Actualmente existen dos métodos disponibles para estimar la digestibilidad de la fibra:
  1. In vitro (en el laboratorio): Este método consiste en moler y mezclar una cantidad pequeña de forraje con fluido del rumen. A continuación, se incuba a una temperatura controlada por un periodo de tiempo (por lo general 30 horas, el cual es el tiempo aproximado que el forraje permanece en el rumen de una vaca de lactancia media). Después de cumplidas las 30 horas, se pueden determinar los valores de la digestibilidad real in vitro (VDIV) y de la FDN digerible (FDNd). Este método tiene la ventaja de ser relativamente rápido y económico, no obstante, la exactitud del resultado es dudoso debido a que las muestras se muelen. Cuando las muestras se muelen finamente tienden a mostrar mayor digestibilidad y menor diferencia entre una muestra y otra.
  2. In situ (en el animal): En este sistema, el forraje molido se coloca dentro de una bolsa de nailon y se introduce en el rumen de una vaca fistulada. (La vaca fistulada es aquélla a la que se le hace una abertura quirúrgica en el área del costado izquierdo y hacia el rumen. Luego se coloca un dispositivo de plástico en la abertura. El dispositivo de plástico evita que el contenido del rumen se escape hacia el abdomen o hacia afuera, y tiene una tapa que se puede quitar según sea necesario para tener acceso al rumen). La bolsa se saca en intervalos a fin de medir la cantidad de materia no digerida. Una vez finalizado, este método puede proporcionar la digestibilidad del forraje y de la FDN, así como los índices de digestión. Por otro lado, este método tiene la desventaja de ser muy costoso por cada muestra que se analiza, sin embargo, los resultados provienen de un entorno real de rumen. Una vez que se ha determinado la digestibilidad de los forrajes analizados, las raciones se pueden adaptar para obtener la energía neta de lactancia y los índices de alimentación de forraje (si la digestibilidad es pobre). Por lo general, la digestibilidad de la fibra se usa solamente cuando el desempeño del animal no equivale a los valores previstos o formulados, y después de haber explorado todas las demás áreas del manejo de la alimentación y del análisis del forraje. No obstante, a medida que los niveles de producción continúan en aumento, la evaluación de la digestibilidad de la fibra se convierte en otra herramienta de ayuda para aumentar la productividad y la rentabilidad de las granjas lecheras progresistas.
  1. Consideración de vacas que se alimentan de pastura: Las vacas lecheras lactantes que se alimentan de pastura representan un desafío muy particular para el balance de las raciones nutritivas, ello se debe a que la calidad del forraje de pastura y el consumo de éste varían demasiado. Sin embargo, se aplican los mismos principios de nutrición y, si se realizan de forma sistemática, se puede lograr un programa de alimentación balanceada. Para comenzar, obtenga un estimado exacto de la calidad del forraje. Tome muestras de pastura en lugares elegidos al azar para su análisis respectivo. Las tablas provenientes de estudios que evalúan la composición de diferentes pasturas también pueden estimar la calidad del forraje. Tenga en cuenta que los estimados podrían no permitir la variación creada por los diferentes tipos de forraje, de fertilidad del suelo, de fertilización y de prácticas de manejo del forraje.
  1. Planeación y preservación de la calidad del forraje: El forraje representa la porción más grande y la fuente de menos coste de nutrientes en la dieta de las vacas. El uso de alimentos de alta calidad permite proporcionar cantidades menores de fuentes de energía y proteína de mayor precio, lo cual reduce el coste total de la alimentación. Los alimentos de mejor calidad también tienden a ser mejores para el paladar y más digeribles (aunque hay algunas excepciones en cuanto a lo último). Esto fomenta un mejor consumo de alimento, una mejor utilización de éste y una mayor producción de leche. Los nutricionistas estarán de acuerdo en que al utilizar alimentos de mejor calidad, resulta mucho más fácil realizar un balance de la formulación de raciones. El esfuerzo dirigido a producir, cosechar y adquirir los alimentos de la mejor calidad, es la mejor manera en que un productor de leche puede lograr que su negocio sea más redituable. Utilice los siguientes principios para elaborar forrajes de la mejor calidad:
  1. Heno de alfalfa:   
  1. Efectúe el corte en la "mejor" etapa de madurez. Al principio de la floración, los tallos aumentan su contenido de fibra y de lignina. La lignina es la porción de la planta que no se digiere en lo absoluto. Observe que la mayor producción que proviene de la alfalfa más madura se debe a que los tallos se encuentran llenos de fibra y lignina no digerible, lo cual los hace más pesados. La época más óptima para la cosecha es entre mediados y fines de la etapa de brote.
  2. Reduzca las pérdidas por causas meteorológicas. El riesgo de que haya mal tiempo dificulta la cosecha de heno. Según la región geográfica, el heno de alfalfa sin preparar puede requerir de hasta 30 horas de luz del sol (3 días) a fin de lograr un secado de campo para el almacenamiento. La lluvia daña el heno mediante la filtración de carbohidratos y proteínas solubles de la planta, lo cual aumenta la tendencia a que las hojas se rompan. El heno que recibe 2,5 pulgadas (6,5 cm) de lluvia tras el corte puede experimentar pérdidas de materia seca de más del 50%. No hay mucho que se pueda hacer para controlar el clima, no obstante, se puede considerar la reducción del periodo de secado de campo mediante la preparación y el empaque del heno con niveles altos de humedad a fin de reducir las pérdidas de campo. Los agentes secantes, los ácidos orgánicos, los agentes antihongos y los inoculadores bacteriales aerobios, son métodos de preparación que se han utilizado con un buen grado de éxito para ayudar a los productores a elevar el contenido de humedad del heno.
  3. Reduzca las pérdidas de respiración: Las células de alfalfa continúan respirando (respiran, utilizan energía, crecen, hacen uso de la estructura de las células) hasta que la humedad de la planta se reduce a menos del 40%. Bajo condiciones normales de secado, esto es la causa del 2 al 8% de pérdidas de materia seca. En condiciones pobres de secado, esta pérdida puede aumentar al 16%. Se recomienda que el corte se haga temprano por la mañana a fin de que la máxima cantidad de secado ocurra el primer día. Si el heno se corta por la tarde, se retrasa el secado, se extiende periodo de respiración y habrá mayores pérdidas como resultado. El uso de acondicionadores mecánicos o químicos también ayudará a reducir el tiempo de secado y, por tanto, las pérdidas de respiración.
  4. Reduzca las pérdidas mecánicas: La principal pérdida que se tiene en la alfalfa seca almacenada, proviene del rompimiento de las hojas durante las maniobras mecánicas, tales como al rastrillar y empacar. El contenido de humedad de la planta es uno de los principales factores que contribuye a las pérdidas excesivas de campo por el manejo mecánico. Como las hojas se secan de 3 a 5 veces más rápido que el tallo, al momento en que la cosecha se encuentra lista para el empaque, las hojas se encuentran muy quebradizas. Debido a que las hojas contienen el 70% de la proteína, el 90% de las vitaminas y más del 65% de la energía digerible, es crucial que se trate de reducir la pérdida de hojas. Esto se puede lograr si se empaca en condiciones de humedad mayores (arriba del 15 al 18% óptimo) y mediante el uso de productos que reduzcan el deterioro. Un segundo factor que contribuye a las pérdidas mecánicas por rompimiento de hojas es el tipo de empacadora. Las empacadoras convencionales rectangulares y pequeñas producen de un 3 a un 8% de pérdidas, mientras que las grandes y redondas producen hasta un 15%. El rastrillar es otro factor que puede contribuir a las pérdidas mecánicas en el heno de alfalfa. El uso de este medio puede causar pérdidas de un 15 a un 25%. Las prácticas de administración que reduzcan la necesidad de rastrillar reducirán las pérdidas de hojas y mejorarán la calidad del heno.
  5. Reduzca el daño causado por el calor: Si el heno se empaca con un contenido de humedad del 20%, se aumenta el riesgo de deterioro y de daños a causa del calor debido a hongos y otros organismos. Estos microorganismos causan averías en almidones y azúcares complejos de la planta. Este proceso genera calor. El calentamiento durante el almacenamiento resulta en pérdidas de carbohidratos (energía), en daños en la proteína que produce una menor digestibilidad y en una reacción de color marrón en el heno que trae como consecuencia una baja en el valor total nutritivo. Tal reacción puede reducirse mediante el aumento de la materia seca del heno a los niveles apropiados o mediante el uso de agentes secantes, ácidos orgánicos, antihongos o inoculadores bacteriales aerobios, a fin de preservar el contenido alto de humedad.
  6. Reduzca las pérdidas por almacenamiento: Los efectos climatológicos y el medio ambiente pueden provocar pérdidas significativas en el heno de alfalfa almacenado. La mayoría de las pérdidas tienen lugar en las 3 pulgadas exteriores de la paca que queda expuesta y especialmente cuando ésta tiene contacto con el suelo. En las pacas redondeadas que se almacenan en el exterior, el área que queda expuesta puede representar hasta un 21% de la paca. Si la alfalfa se cubre, las pérdidas se pueden reducir de un 17 a un 6%. Estas pérdidas dependen de la lluvia, de la capacidad de la paca para repeler el agua y del tiempo de almacenamiento. Generalmente, las pérdidas provenientes de las pacas almacenadas en el exterior se consideran 3 veces mayores que las que se almacenan cubiertas. Un productor debe comparar seriamente el coste de un nuevo cobertizo para heno con las pérdidas totales de forraje que se almacena en el exterior. Muchas veces las pérdidas de forraje serán el equivalente al coste de la construcción de un nuevo cobertizo.
  1. Ensilado de alfalfa:
  1. Coseche durante la madurez apropiada: Al igual que con el heno de alfalfa seco, el cosechar en la época más ideal resulta clave en la preservación de la calidad del ensilado de alfalfa.
  2. Regule la humedad del heno a los niveles apropiados: Una de las ventajas del ensilado es que las pérdidas de campo a causa del procesamiento mecánico y de la respiración de la planta son menores. Existe también una mayor capacidad de llevar el cultivo a la madurez ideal debido a que se necesita lluvia para efectuar la cosecha. Si el ensilado se almacena con el nivel de humedad ideal la calidad del producto se verá positivamente influenciada. El ensilado cortado directamente contiene, por lo general, de un 75 a un 85% de humedad. El ensilado directo conduce a que los niveles de filtración sean altos y a que haya fermentación a baja temperatura, lo cual puede provocar el crecimiento de organismos no deseados. Esto produce ensilados ácidos con olor desagradable. También causa que el ensilado no tenga buen gusto y reduce notablemente el consumo del animal. Lo ideal es que el forraje se corte y se deje marchitar a fin de reducir el contenido de humedad a los niveles óptimos. El tiempo que toma varía según la ubicación geográfica, sin embargo, debe resultar en un contenido de humedad de alrededor del 65%. Si los productores permiten que el marchitamiento se prolongue antes del ensilado, podría haber problemas. Cuando el ensilado está demasiado seco (de 40 a 55% de humedad) o si las condiciones de ensilado no son perfectas, puede haber calentamiento, levadura o crecimiento de moho.
  3. Longitud del corte: La longitud del corte constituye un fino balance que tiene que considerarse con cuidado. Las piezas grandes de forraje son difíciles de empacar y retienen aire. Esto crea condiciones que favorecen el calentamiento y la aparición de moho. Los tallos largos también son difíciles de manejar con sistemas de descarga. El ensilado se puede cortar más finamente, pero los forrajes que son demasiado finos pueden causar que disminuyan los niveles de grasas en la leche, que la rumia disminuya (masticación), que haya menos salivación y que aumente la incidencia de acidosis. La longitud de corte ideal es de 3/8 a 1/2 pulgada (1 a 1,25 cm) de corte teórico. Esto resulta normalmente en que haya alrededor de un 15 a un 20% de las partículas con más de 1,5 pulgadas (3,8 cm) y el resto de 3/8 a 1/2 pulgada (1 a 1,25 cm).
  4. Utilice inoculadores bacteriales: El heno de alfalfa contiene menos azúcar que el ensilado de maíz, que los ensilados pequeños de maíz y que las pasturas. La planta de alfalfa también contiene agentes protectores naturales que reducen la capacidad de las bacterias para reducir el pH durante el proceso de fermentación. Estos dos factores dificultan la obtención de una buena fermentación del ensilado de alfalfa, a menos que se utilice un buen inoculador.
  1. Ensilado de maíz:
  1. Selección del híbrido: Debido a que el ensilado de maíz de buena calidad puede contener hasta un 50% de grano, éste se podría considerar como una mezcla de grano y forraje. Este grano contiene factores que hacen único al ensilado de maíz por el hecho de ser muy alto en energía. A causa de esta cualidad única, los productores deben de hacer todo lo posible por aumentar la energía producida por cada hectárea.
    Existen cuatro aspectos a tener en cuenta en la selección de un híbrido para el ensilado de maíz. Primero, determine si el maíz alcanzará la madurez apropiada en el área de cultivo. Segundo, considere la cantidad de producto que arroja la cosecha. La selección de un híbrido que no madura completamente antes de la cosecha afecta negativamente la energía del ensilado recogido, así como la producción del mismo. Tercero, seleccione el maíz según el contenido de grano en el ensilado al momento de la cosecha. Cuarto, seleccione un maíz con un pienso (toda la planta excepto la espiga) de alta digestibilidad. Los dos últimos aspectos pueden variar enormemente de un híbrido a otro. Sin embargo, no se deje engañar por productos que promueven un ensilado de maíz alto en fibra y sumamente digerible. Al optar por un mayor total de fibra digerible en lugar de un mayor nivel de digestibilidad, el aumento de fibra disminuye el total de nutrientes digeribles y la energía de la planta. Esto frustra la peculiar ventaja de esta planta.
  2. Población de plantas: El sitio donde se cultive el maíz afecta considerablemente la calidad y la producción del ensilado. En ensilado de maíz se puede plantar de un 10 a un 15% por encima de lo que se recomienda para el maíz de grano seco, lo cual aumenta notablemente la producción y la rentabilidad.
  3. Fertilización: Es necesaria una adecuada fertilización a fin de lograr el mayor valor económico de la planta de maíz en términos de producción y valor nutritivo. Hay muchos factores que afectan los tipos e índices de fertilización, incluso el tiempo de aplicación, el tipo de suelo, el arado, la aplicación de abono y la población de plantas.
  4. Madurez a la hora de la cosecha: La madurez a la hora de la cosecha es muy importante debido a que afecta los 3 aspectos siguientes: el contenido de grano, el contenido de humedad y la digestibilidad de la planta. Para determinar la madurez, localice la línea de leche del grano. La línea de leche es el punto de contacto de la porción de líquido y de sólido del grano, y se mide a partir de la punta. Los estudios de la calidad del ensilado de maíz y del consumo animal de éste han mostrado que la madurez óptima para cosechar es cuando la línea de leche se encuentra de la mitad a los dos tercios hacia abajo del grano. Este nivel de madurez debe producir los niveles óptimos de grano, humedad y digestibilidad. Cabe recalcar que ésta es sólo un "pauta" general y que los factores tales como la ubicación, el clima y el tipo de híbrido pueden causar variaciones en la madurez ideal para cosechar. La madurez y la humedad se deben revisar con frecuencia antes del principio de la cosecha.
  5. Aspectos a considerar para el almacenamiento: Al igual que con cualquier alimento ensilado, se deben tomar muchas precauciones para almacenar el alimento rápidamente, para empacarlo de forma ajustada a fin de evitar lo más posible la entrada de oxígeno y para cubrirlo de inmediato. Si bien el ensilado de maíz tiene un mayor contenido de almidón y azúcar en la planta que la alfalfa, aún se recomienda un inoculador de ensilado de calidad. Muchos ganaderos tienen la falsa impresión de que la inoculación no es de beneficio ni necesaria para el ensilado de maíz. Para lograr una completa fermentación deben estar presentes muchas variedades de bacterias. Sin la inoculación, el ganadero está dejando a la suerte la presencia de todas las bacterias necesarias.
  6. Longitud de corte: Al igual que con el ensilado de heno, la longitud del corte puede afectar negativamente la fermentación si se hace muy largo, o afectar negativamente la rumia de las vacas si se hace demasiado corto. La longitud de corte ideal es de 5/8 de pulgada (1,6 cm) de corte teórico. Cuando se trata de un ensilado de maíz congelado cuyo contenido de humedad se ha reducido, se debe considerar la idea de cortar a una longitud menor y de agregar agua.
  1. Rotulado e inventario de alimentos:
  1. El forraje que se almacena debe rotularse según el lote. Si se almacenan grandes cantidades de forraje diferente en un mismo lugar, podría ser necesaria la elaboración de un mapa para ubicar cada lote de forraje.
  2. Rotule el forraje seco con pintura en atomizador o con algún marcador que no se borre o desaparezca por las condiciones ambientales. Los alimentos ensilados en bolsas deben tener escrito en la bolsa con tinta permanente: el campo, el lote y el corte.
  3. Se deben efectuar estimados razonables a fin de determinar las cantidades de forraje para uso en el futuro. Esto ayuda a evitar cambios repentinos y drásticos en la alimentación, los cuales pudiesen afectar al ganado de forma negativa.
  4. Conserve los resultados de los análisis del forraje. Así se podrán comparar los lotes, los cortes, las variedades, los híbridos y los diferentes años de cosecha.

 

Reconocimientos: Una gran parte de la información contenida en este documento proviene de las siguientes fuentes:

  1. Pioneer Forage Manual. 1995.
  2. Mike Hutjens. Hoard’s Dairyman Feeding Guide. 1998.
  3. "Applied Dairy Nutrition and Problem Solving Seminar". Reunión de la AABP. 1999.

La información anterior proporciona solamente una breve perspectiva de la importancia de la nutrición, del proceso digestivo de los rumiantes y de la importancia del análisis y el almacenamiento de calidad del forraje. Tenga a bien consultar las siguiente páginas para obtener información adicional detallada sobre la formulación de raciones, el uso de sistemas de suministro de alimentación, el incremento en el consumo de materia seca, las herramientas para vigilar la salud del rumen y la alimentación de nutrientes esenciales.